Hinduismo majestuoso.
En India, a pesar de ser un país cuya religión predominante es el hinduismo, resulta sencillo encontrar apertura y bienvenida a todas las creencias del mundo en su amplia y muy variada gama de templos.
Uno de los más representativos que sigue éste concepto es el impresionante e imponente Swaminarayan Akshardam. Probablemente sea uno de los sitios más visitados en India, sin embargo, hay poca información y un tanto ambigua.
Llegar no es complicado, existe la parada de metro Akshardam que se encuentra a unos minutos a pie del recinto. Sin embargo, el acceso al mismo puede resultar intimidante, aunque curiosamente, toda la señalización está perfectamente indicada en inglés.
La entrada es gratuita y abierta para todo público, sin embargo debes pasar varios filtros de seguridad. En el primero, debes dejar todas tus pertenencias (lo cual genera un poco de desconfianza, ya que lo guardan en unas bolsitas de tela y te dan una moneda que entregarás a tu salida). Solo puedes ingresar con dinero y tu pasaporte, todo lo demás está estrictamente prohibido, especialmente las fotos. El segundo filtro es similar a la revisión de los aeropuertos, aunque más exigente donde, por costumbres del país, las mujeres van separadas de los hombres.
Una vez que superas la tensión, empujones y la ligera desorganización, accedes a un lugar IMPRESIONANTE. Sin lugar a duda, me parece el complejo más increíble y sorprendente que conocí en la India, aunque su construcción es del 2005 por lo que el mérito del mismo es distinto de los demás.
Entrar al Swaminarayan Akshardam es como entrar a un “Disneyland” de la religión, que es una de las tantas ramas del hinduismo, donde su figura principal es un joven llamado Swaminarayan cuya vida resulta sumamente similar a la de Jesucristo.
El complejo es abrumador. Está plenamente preparado para recibir millones de turistas de todo el mundo, con claras intenciones de acercarlos a su creencia y sumar seguidores. Puedes encontrar majestuosos jardines, fuentes con juegos de luces, mega-monumentos, teatros, cines IMAX, robots, paseos en bote, ¡hasta su propio food-court¡
Para entrar al recinto principal es necesario quitarse los zapatos y dejarlos en un sitio para ello donde lo llamativo del proceso es que está diseñado de tal manera que caminar en un piso de mármol por varios metros en un día a 35 grados sin quemarte los pies, sea un gran logro.
La construcción fue realizada enteramente de piedra por más de 3,000 voluntarios y el doble de artesanos que realizaron una maravillosa obra de arte, donde no existen soportes de acero ni de concreto.
En el altar, encuentras una estatua de más de 3 metros de Swaminarayan rodeada de otros personajes y de espectaculares elefantes, todos realizados en distintos metales, dando paso a una gran ostentosidad y un lujo que contrasta con la filosofía de su creencia.
Hay distintas actividades como si de un parque de diversiones se tratara, como por ejemplo entrar a una sala y hacer un ritual de purificación a una pequeña escultura de Swaminarayan, donde puedes encontrarte a algún gurú que intentará ganar tu atención y explicarte más sobre su religión o bien, puedes pasearte en bote para recorrer miles de años de cultura y fé.
Es posible pasar todo un día recorriendo las más de 40 hectáreas de espectacular complejo, intentando comprender su majestuosidad y fervor al realizar maravillosa creación. Es un sitio que impresiona, que impone, que deja sin palabras, pero que a la vez te invita a una reflexión y un cuestionamiento importante sobre los extremos y en ocasiones incoherencias de las grandes religiones del mundo, donde se hacen grandes homenajes al cielo, existiendo tantas necesidades en la tierra.